Recuerdo esa noche a finales del invierno cuando lloré con los audífonos puestos, la puerta estaba cerrada por dentro con llave, no me importó si alguien cerca me escuchaba llorar, de todas maneras todos sabían que estaba destruida.
Repetía una y otro vez la misma canción, no me cansaba de escucharla, primero me cansaría de llorar. Era nuestra canción, esa canción tenía historia no era una simple dedicatoria; Esa canción él la eligió para que le enseñara inglés y le ayudara con su pronunciación; yo ganaba que no me reprobarán por faltar a las clases de inglés y él obtenía regularizarse; esas tutorías de inglés nos unió. ¿Por que tenías que escoger esa canción? Es como si la hubieras por que sabías como terminaría.
Se había convertido en nuestra canción de victoria en todas esas hazañas en las que éramos cómplices, pero ahora sólo era el recuerdo… ¿Que digo "el recuerdo"? era el recordatorio de que ahora todos esos planes imaginarios y finales felices en los que nos imagine juntos ya no existirían; no más labrador negro, no más Canadá, no chevy usado, jamás viviríamos juntos… jamás estaríamos juntos, ni un sólo beso más, probablemente ni siquiera habría necesidad de hablar o hacer contacto.
Yo fingí, cuando me dejaste que no me importó, ni una lágrima, es mas, te agradecí por ser sincero conmigo y sonreí. Lo hice así por de verdad quería que fueras feliz, con o sin mi.
Esa noche dormitando apagué mi discman, aún respiraba raro por tanto llorar, lo hice esa noche, y la siguiente, y la siguiente, y la noche siguiente, hasta que mas de una semana de llorar cada noche hasta quedarme dormida, descargando todo el sentimiento reprimido que escondía durante el día… Rompí el disco y después los pedazos los rompí en pedazos mas pequeños, terminé con pequeñas cortadas en las manos, esa noche fue la última que lloré por él.
Que irónico que la canción que definió nuestra historia y con la que lloré por una semana seguida y algunas veces cuando la escuchaba después, era Don't cry - Guns and roses.